jueves, 24 de enero de 2013

El primer susto


Después de 2 pruebas  mas de embarazo que confirmaban mi futura maternidad, y pasados 3 días de mi estado de shok, por fin empezaba hacerme a la idea de la que estaba pasando dentro de mí, tengo una compañera de trabajo, madre de dos hijas que me decía:
 Clau  no te pienses que estar embarazada es bonito,  ¡no! Estar embarazada es un rollo, yo la miraba horrorizada pensando, como puede decir eso después de tener dos hijas, me decía que si que la maternidad es fantástica y maravilloso, pero el embarazo no.
Pues tenia razón...
Aun no había pasado ni una semana, aun no era madre, y ya me di el primer susto.
Era Jueves, al terminar la jornada laboral, una como otro cualquiera, sin mas estrés que otras, ni más cansada que de costumbre, me di cuenta que estaba sangrando, ¿qué me estaba pasando? Al comentar lo que ocurría a mis compañeras, me hacen ver que no es normal y que tenia que ir a urgencias.
 Una vez allí y después de analíticas y mucha espera, por suerte iba acompañaba  de una buena amiga, luego llegaría mi marido, me dicen que tengo una amenaza de aborto, ¿QUÉ? El mundo entero se me derrumbo en ese mismo momento, no podía ser verdad lo que me estaban diciendo, podía perder a mí bebe, hacia pocos días que sabia que había algo ahí dentro y ya lo quería con toda mi alma, me aconsejan 3 días de reposo absoluto y me citan con un ginecólogo para el día siguiente.
La visita posterior no fue nada esperanzadora, después de una eco, el Dr. que he de decir que de medicina sabría mucho, pero de humanidad muy poco, me dice que no hay esperazas, que no ve latido, que posiblemente se hubiera parado el crecimiento, que me fuera a casa y que esperara. ¿QUÉ?¿ Y ya esta, eso es todo? ¿Qué esperara? No me lo podía creer, vuelvo a casa,  hundida, sin ganas de nada y sin poder parar de llorar, no encontraba consuelo en nada de lo que me decían, la única solución era esperar.
Pasados esos 3 días en los que  prácticamente ni me movía, iba del sofá a la cama, y de la cama al sofá, seguía sangrando, no podía ser, quizás ese medico con tan poco empatía tenia razón y lo que me dijo era cierto. Decido volver a visitar a un ginecólogo, esta vez cambio de sitio por supuesto.
Me atiendo un Dr. Alemán, muy educado, simpático, y  muy cercano, después de contarle el motivo de mi visita, me sonríe y me invita a pasar a la sala donde me realizaría la eco, en pleno procedimiento me toca la rodilla en un gesto amable, me sonríe y me dice que hay latido, no me lo podía creer, los ojos se me llenan de lagrimas, y le pido que por favor se asegure, que dos días atrás no me habían dado esperanzas, me vuelve a repetir que todo parece que esta bien, que el embrión evoluciona favorablemente, que no significa que no pudiera ocurrir algo, pero que en ese momento todo iba bien. Gracias a Dios, esta vez si, por fin en varios días podía volver a sonreír, aunque no debía bajar la guardia por que aun había sangrado, todo estaba bien, debía seguir con el reposo unos días mas y cuidarme
Volví a casa feliz, ahora si, seguro que todo iría bien, estaba segura.


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